*En la Sierra de Zongolica, en lo más alto de un cerro se erige el Cristo Rey, edificado como símbolo de unidad de los pueblos náhuatl
Miguel Ángel Contreras Mauss / Redacción
Zongolica, Ver.- Rodeada por una espesa vegetación y un aroma a tierra húmeda, una vereda de escalones serpentea el Cerro Macuilxochitl.
Casi mil 200 peldaños cuesta arriba llevan al cenit de la Sierra de Zongolica, un cosmos indígena náhuatl con 300 mil habitantes diseminados en 21 municipios.
En el verdoso cerro, en lo más alto de la cabecera municipal y en el último escalón, se erige portentoso un vigía y símbolo de la unidad indígena, conocido como Cristo Rey.
Fue en el lejano 1949 cuando el sacerdote Jerónimo Ugalde Guzmán emprendió una difícil tarea para edificar una imagen religiosa de 14 metros de altura como un símbolo de unidad de los pueblos indígenas de la región.
“Significa mucho porque es una iniciativa que pretendió mantener unida ala Sierra entorno a Zongolica al centro geográfico, comercial y político”, rememora un lugareño.
La imagen ha resistido el tiempo y pasó a formar parte del principal pulmón de la cabecera municipal, asentada a sólo 36 kilómetros de la ciudad de Orizaba.
La monumental pieza, que mide 14 metros de altura elaborada con cantera, es punto obligado para propios y extraños y contemplar la “ciudad” indígena, con sus casonas de teja roja y su plazuela principal atiborrado de vendedores de coloridas frutas y verduras de la zona.
Además se divisan las dos iglesias católicas, El Calvario, fundada en 1526 y San Francisco de Asís.
A los pies del cristo fue colocada un águila con la que se da a conocer que el monumento fue Hecho en México; así como un mirador desde donde se tiene una vista panorámica de la extensa cordillera .
Desde ahí se aprecia el moderno spa Yehwatzi Itlakayo, cuyo significado es “A cuerpo de rey”, administrado por las autoridades municipales.
Y en el mismo lugar emanan vapores salidos de temazcales para parejas o grupos.